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viernes, 2 de marzo de 2018
martes, 10 de octubre de 2017
No puedes escribir una historia de amor. Página 104 . Se busca una mujer - Charles Bukowski
Margie iba a salir con este tío, pero cuando salían el tío
se encontró con otro tío vestido con un abrigo de cuero y el tío del abrigo de
cuero abrió el abrigo de cuero y le enseño al otro tío las tetas y el otro tío
se dirigió a Margie y le dijo que no podía mantener su cita porque el tío del
abrigo de cuero le había enseñado las tetas y tenía que ir a follarse a ese
tío. Así que Margie se fue a ver a Carl. Carl estaba en su casa, y Margie se
sentó y le dijo:
-Este tío iba a llevarme a la terraza de un café, íbamos a
beber algo de vino y hablar, solo beber vino y hablar, nada más, pero en el
camino este tío se encontró a otro tío con un abrigo de cuero y el tío del
abrigo de cuero le enseño sus tetas al otro tío y ahora este tío se ha ido a
follar con el tío del abrigo de cuero, asi que me quede sin mesa, sin vino y
sin charla.
-No puedo escribir nada-dijo Carl. He perdido la
inspiración.
Entonces se levantó y se fue al baño. Cerro la puerta y se
puso a cagar. Carl echaba cuatro o cinco cagadas al día. No tenía otra cosa que
hacer. Se bañaba cuatro o cinco veces al día. No tenía otra cosa que hacer. Se
emborrachaba por la misma razón.
Margie oyó el ruido de la cadena del retrete. Carl salió.
-Ocurre simplemente que un hombre no puede escribir ocho
horas al día. Ni siquiera puede escribir todos los días, ni todas las semanas.
Agota su mente, es una desesperación fija.
Carl se fue hacia el frigorífico y salió con un paquete de
seis cervezas. Abrió un botellín.
-Soy el escritor más grande del mundo-dijo-. ¿Sabes lo
difícil que resulta?
Margie no contesto.
-Puedo sentir como el dolo se arrastra por todo mi ser.
Igual que una segunda piel. Me gustaría poder cambia de piel como las
serpientes.
-Bueno, porque no te revuelvas en la alfombra y tratas de
desprendértela.
-Escucha-pregunto el-. ¿Dónde te conocí?
-En la tienda de legumbres de Barney.
-Bueno, eso lo explica un poco. Tomate una cerveza.
Carl abrió una botella y se la paso.
-Ya-dijo Margie-, ya se. Necesitas tu soledad. Necesitas
estar solo. Excepto cuando necesitas algo. Excepto cuando cortamos de una vez y
entonces te sientes perdido y en seguida te poner a llamar por teléfono
diciéndome que me necesitas, que te estas muriendo de la resaca. Eres débil y
te rajas rápido.
-Sí, me debilito rápido.
-Y eres tan estúpido conmigo, nunca te pones caliente.
Vosotros los escritores sois tan…delicados…no podéis soportar a la gente. La
humanidad hiede, ¿cierto
-Cierto.
-Pero cada vez que cortamos empiezas a dar fiestas
gigantescas de cuatro días. Y de repente te vuelves ingenioso. ¡Empiezas a
hablar! De repente estas lleno de vida, hablando, bailando, cantando. Bailas en
la mesita de café, lanzas botellas por la ventana, interpretas fragmentos de
Shakespeare. De repente estas vivo, cuando yo me voy. ¡Oh, me han contado cosas
acerca de esto!
-No me gustan las fiestas. Me disgusta especialmente la
gente en las fiestas,
-Pues para ser un tío al que no le gustan las fiestas,
celebras unas cuantas.
-Escucha, Margie, no entiendes. Ya no puedo escribir. Estoy
acabado. En algún lugar torcí el rumbo. En algún lugar morí en medio de la
noche.
-De la única manera en que vas a morir es de una de tus
monumentales resacas.
-Jeffers dijo que incluso los hombres más fuertes pueden
quedar atrapados.
- ¿Quién fue Jeffers?
-Fue el tío que convirtió el Gran Sur en una gran trampa
para turistas.
- ¿Qué vas a hacer esta noche?
-Iba a irme a escuchar canciones Rachmaminoff
- ¿Quién es ese?
-Un ruso muerto
-Mírate. Te quedas ahí sentado como un idiota.
-Estoy esperando. Algunos tíos aguardan dos años. A veces la
inspiración no vuelve nunca.
-Supón que no te vuelve nunca.
-Entonces me pondría mis zapatos y bajaría andando por Main
Street.
- ¿Por qué no te buscas un trabajo decente
-No hay ningún trabajo decente. Si un escritor abandona la
creación, está muerto.
- ¡Oh,vamos, Carl!
Hay millones de personas en el mundo que no trabajan en la creación
¿Quieres decir que están muertas?
-Sí
- ¿Y tú tienes alma? ¿Eres de los pocos con alma?
-Podría decirse que sí.
-¡Podría decirse que sí! ¡Tú y tu miserable maquinita de
escribir! ¡Tú y tus cheques enanos! ¡Mi abuela gana más dinero que tú!
Carl abrió otra botella de cerveza
-¡Cerveza!¡Cerveza! ¡Tú y tu condenada cerveza! Está
presente incluso en tus historias: <Marty cogió su cerveza. Al levantar su
mirada, vio a una magnifica rubia entrar en el bar y sentarse a su lado…> Tienes
razón. Este acabado. Tu material es limitado, muy limitado. No puedes escribir
una historia de amor, ni siquiera puedes escribir una decente historia de amor.
-Tienes razón, Margie.
-Si un hombre no puede escribir una historia de amor, es un
inútil.
- ¿Cuántas has escrito tú?
-Yo no pretendo ser escritora.
-Pero -dijo Carl-, pareces tomar una pose de estúpido
crítico literario.
Margie se fue de pronto, después de eso Carl se sentó y
bebió el resto de las cervezas. Era verdad, la literatura le había abandonado.
Esto haría felices a sus enemigos de las catacumbas. Podrían subir un jodido
escalón. La muerte les complacía, tanto a subterráneos como a escritores con
éxito. Recordaba a Endicott, sentado allí y diciendo: <Bueno, Hemingway se
fue, Dos Passos se fue, Patchen se fue, Pound se fue, Berryman se tiro desde un
puente, todos muertos… Las cosas cada vez están mejor u mejor y mejor>.
Sonó el teléfono. Carl lo cogió.
- ¿Señor Gantling?
- ¿Si? -contesto.
-Quisiéramos saber si a usted le gustaría venir a dar una lectura
en el Fairmont College.
-Bueno, sí. ¿Para qué fecha?
-El treinta del mes próximo.
-No creo tener nada que hacer para entonces.
-Nuestra paga usual son cien dólares.
-Me suelen dar ciento cincuenta. Ginsberg cobra mil.
-Pero es Ginsberg. Solo podemos ofrecerle cien dólares.
-De acuerdo.
-Muy bien, señor Gantling. Le mandaremos los detalles
- ¿Qué me dice del viaje? Son varias horas de carretera.
-De acuerdo, veinticinco dólares por el viaje.
-O.K.
- ¿Le gustaría hablar a los estudiantes en sus clases?
-No.
-Hay un almuerzo gratis.
-Entonces sí.
-Muy bien señor Gantling, estaremos por el campus
esperándole.
-Adiós.
Carl dio unas vueltas por la habitación. Miro la máquina de
escribir. Puso una cuartilla de papel en el rodillo, se asomó a la ventana y
vio pasar a una chica con una minifalda increíblemente corta. Empezó a
escribir.
<Margie iba a salir con este tío pero en el camino este
tío se encontró con otro tío vestido con un abrigo de cuero y el tío del abrigo
de cuero abrió el abrigo de cuero y le enseño al otro tío sus tetas y el otro
tío se dirigió a Margie y le dijo que no podía mantener su cota porque el tío
del abrigo de cuero le había enseñados sus tetas…>
Carl cogió su cerveza. Era agradable volver a escribir de
nuevo.
miércoles, 1 de marzo de 2017
lunes, 16 de enero de 2017
Yo maté a un hombre en Reno (Fragmento). La máquina de follar - Charles Bukowski Capitulo 11 - Página 48
Bukowski lloró cuando Judy Garland cantó en la Filarmónica de Nueva York, Bukowski lloró cuando Shirley Temple cantó «I got animal crackers in my soup»; Bukowski lloró en pensionzuchas baratas, Bukowski no sabe vestir, Bukowski no sabe hablar, a Bukowski le asustan las mujeres, Bukowski no aguanta nada bebiendo, Bukowski está lleno de miedo, y odia diccionarios, monjas, monedas, autobuses, iglesias, los bancos del parque, las arañas, las moscas, las pulgas, los freaks; Bukowski no fue a la guerra. Bukowski es viejo, Bukowski lleva cuarenta y cinco años sin soltar una cometa; si Bukowski fuese un mono, le expulsarían de la tribu...
miércoles, 11 de enero de 2017
Cómo ser un gran escritor - Charles Bukowski
Tienes que cojerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez a la semana
y gana si es posible.
Aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu cerveza.
No te exijas.
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más el exilio,
la derrota,
la traición
toda esa basura.
Quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.
Agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
Haz de eso una pelea de peso pesado.
Haz como el toro en la primer embestida.
Y recuerda a los perros viejos, que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.
Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres,
sin comida,
sin esperanza...
Entonces no estás listo,
toma más cerveza.
hay tiempo.
Y si no hay,
está bien
igual.
miércoles, 17 de agosto de 2016
jueves, 28 de julio de 2016
martes, 5 de abril de 2016
Carta de Bukowski a John
“12 de agosto, 1986
Hola John:
Gracias por la carta. En ocasiones no duele recordar de dónde venimos. Tú conoces los lugares de donde yo vengo. Incluso las personas que tratan de escribir de ello, o hacer películas, no lo entienden.
Le llaman “De 9 a 5”. Nunca es de 9 a 5, no existe un descanso par comer, y de hecho, en algunos lugares no debes comer si quieres mantener tu trabajo. Luego existen las horas extras, las cuales nunca se registran correctamente en los libros, y si te quejas de eso, encontrarán a otro idiota que te reemplazará.
Tú conoces mi viejo dicho: “La esclavitud nunca fue abolida, sólo se extendió para incluir a todas las razas”.
Lo que duele es la pérdida de humanidad en aquellos que pelean por mantener trabajos que no quieren, pero que temen ante una alternativa peor. La gente simplemente se vacía. Son cuerpos con mentes obedientes y temerosas. El color se les va de los ojos. Su voz se hace fea. Y el cuerpo. El cabello. Las uñas. Los zapatos. Todo.
Cuando era joven no creía que existieran personas que dieran su vida por esas condiciones. Ahora que soy viejo, sigo sin creerlo. ¿Por qué lo hacen? ¿Sexo? ¿La televisión? ¿Un automóvil en pagos mensuales? ¿O los hijos? Hijos que sólo harán lo mismo que ellos hacen.
Antes, cuando era muy joven y saltaba de trabajo en trabajo, era lo suficientemente ingenuo como para decirles a mis compañeros: “Oye, el jefe puede venir en cualquier momento y corrernos, así de simple, ¿no te das cuenta?”
Sólo me miraban. Yo les decía cosas que ellos no querían dejar entrar en sus mentes.
Ahora, en la industria, hay muchos despidos. Los despidos se cuentan por cientos de miles y sus rostros siempre son de sorpresa:
“Estuve aquí por 35 años…”
“No es justo”
“No sé qué hacer…”
A los esclavos nunca se les paga tanto como para que se liberen, sino apenas lo necesario para que sobrevivan y vuelvan al trabajo. Yo lo veía, ¿por qué ellos no? Me di cuenta de que la banca del parque era igual de buena, que ser cantinero era igual de bueno. ¿Por qué no estar primero aquí antes de que me pusieran allá? ¿Por qué esperar?
Escribí con asco en contra de todo. Fue un gran alivio sacar de mi sistema toda esa mierda. Y ahora estoy aquí, como un “escritor profesional”, y después de los primeros 50 años, he descubierto que hay otros disgustos más allá del sistema.
Recuerdo una vez, cuando trabaja como empacador en una compañía de artículos de iluminación, que un compañero dijo de pronto: ¡Nunca seré libre”
Uno de los jefes caminaba por ahí, su nombre era Morrie, y soltó una gran carcajada, disfrutaba el hecho de que el tipo estuviera atrapado de por vida.
Así que la suerte de salir finalmente de esos lugares, sin importar cuánto tiempo me tomó, me ha dado una especie de felicidad, la felicidad del milagro. Escribo ahora con una mente vieja y con un cuerpo viejo, mucho tiempo después del que la mayoría de hombres pensaría en continuar con esto, pero dado que empecé tan tarde, me debo a mí mismo ser persistente. Y cuando las palabras comiencen a fallar y tenga que recibir ayuda para subir las escaleras y no pueda distinguir un azulejo de una grapa, todavía sentiré que algo dentro de mí recordará, sin importar qué tan lejos me haya ido, cómo llegué en medio del asesinato, la confusión y la pena, hacia, al menos, una muerte generosa.
No haber desperdiciado por completo mi vida, parece ser un logro, al menos para mí.
Tu muchacho
Hank”.
“Tenía dos opciones, quedarme en la oficina de correos y volverme loco… o salir y jugar a ser escritor y morirme de hambre. Decidí morir de hambre”.
Hola John:
Gracias por la carta. En ocasiones no duele recordar de dónde venimos. Tú conoces los lugares de donde yo vengo. Incluso las personas que tratan de escribir de ello, o hacer películas, no lo entienden.
Le llaman “De 9 a 5”. Nunca es de 9 a 5, no existe un descanso par comer, y de hecho, en algunos lugares no debes comer si quieres mantener tu trabajo. Luego existen las horas extras, las cuales nunca se registran correctamente en los libros, y si te quejas de eso, encontrarán a otro idiota que te reemplazará.
Tú conoces mi viejo dicho: “La esclavitud nunca fue abolida, sólo se extendió para incluir a todas las razas”.
Lo que duele es la pérdida de humanidad en aquellos que pelean por mantener trabajos que no quieren, pero que temen ante una alternativa peor. La gente simplemente se vacía. Son cuerpos con mentes obedientes y temerosas. El color se les va de los ojos. Su voz se hace fea. Y el cuerpo. El cabello. Las uñas. Los zapatos. Todo.
Cuando era joven no creía que existieran personas que dieran su vida por esas condiciones. Ahora que soy viejo, sigo sin creerlo. ¿Por qué lo hacen? ¿Sexo? ¿La televisión? ¿Un automóvil en pagos mensuales? ¿O los hijos? Hijos que sólo harán lo mismo que ellos hacen.
Antes, cuando era muy joven y saltaba de trabajo en trabajo, era lo suficientemente ingenuo como para decirles a mis compañeros: “Oye, el jefe puede venir en cualquier momento y corrernos, así de simple, ¿no te das cuenta?”
Sólo me miraban. Yo les decía cosas que ellos no querían dejar entrar en sus mentes.
Ahora, en la industria, hay muchos despidos. Los despidos se cuentan por cientos de miles y sus rostros siempre son de sorpresa:
“Estuve aquí por 35 años…”
“No es justo”
“No sé qué hacer…”
A los esclavos nunca se les paga tanto como para que se liberen, sino apenas lo necesario para que sobrevivan y vuelvan al trabajo. Yo lo veía, ¿por qué ellos no? Me di cuenta de que la banca del parque era igual de buena, que ser cantinero era igual de bueno. ¿Por qué no estar primero aquí antes de que me pusieran allá? ¿Por qué esperar?
Escribí con asco en contra de todo. Fue un gran alivio sacar de mi sistema toda esa mierda. Y ahora estoy aquí, como un “escritor profesional”, y después de los primeros 50 años, he descubierto que hay otros disgustos más allá del sistema.
Recuerdo una vez, cuando trabaja como empacador en una compañía de artículos de iluminación, que un compañero dijo de pronto: ¡Nunca seré libre”
Uno de los jefes caminaba por ahí, su nombre era Morrie, y soltó una gran carcajada, disfrutaba el hecho de que el tipo estuviera atrapado de por vida.
Así que la suerte de salir finalmente de esos lugares, sin importar cuánto tiempo me tomó, me ha dado una especie de felicidad, la felicidad del milagro. Escribo ahora con una mente vieja y con un cuerpo viejo, mucho tiempo después del que la mayoría de hombres pensaría en continuar con esto, pero dado que empecé tan tarde, me debo a mí mismo ser persistente. Y cuando las palabras comiencen a fallar y tenga que recibir ayuda para subir las escaleras y no pueda distinguir un azulejo de una grapa, todavía sentiré que algo dentro de mí recordará, sin importar qué tan lejos me haya ido, cómo llegué en medio del asesinato, la confusión y la pena, hacia, al menos, una muerte generosa.
No haber desperdiciado por completo mi vida, parece ser un logro, al menos para mí.
Tu muchacho
Hank”.
“Tenía dos opciones, quedarme en la oficina de correos y volverme loco… o salir y jugar a ser escritor y morirme de hambre. Decidí morir de hambre”.
viernes, 4 de marzo de 2016
Charles Bukowski
Yo tenia talento, tengo talento. A veces me miro las manos y me doy cuenta de que podría haber sido un gran pianista o algo así . pero ¿qué han hecho mis manos? Rascarme las pelotas ,firmar cheques,atar zapatos, tirar de la cadena de los retretes, etc, etc. He desaprovechado mis manos. Y mi mente.
martes, 27 de octubre de 2015
¡ LUNA AZUL, OH LUNA AZUL CÓMO TE ADORO ! - Charles Bukowski
Me preocupo por ti, cariño, te amo,
la única razón por la que jodí con L. es porque tú te jodiste
a Z. y
[después me jodí a R. y tú a N.
y porque te jodiste a N. me jodí a
Y. Pero pienso en ti constantemente, te siento
aquí en mi vientre como un bebé, yo lo llamo amor,
no importa lo que suceda yo lo llamo amor, y como te
jodiste a C. y antes de que pudiera hacer algo
te jodiste a L., entonces tuve que joderme a G. Pero
quiero que sepas que te amo, pienso en ti
constantemente, no creo que haya amado a nadie
como te amo a ti.
uau uau uau uau uau
uau uau uau uau uau.
Charles Bukowski.
miércoles, 19 de agosto de 2015
Chicas tranquilas y limpias con lindos vestidos - Charles Bukowski
Todas las que conozco son putas, ex putas,
locas. Veo hombres con mujeres
tranquilas, amables, los veo en los supermercados,
los veo caminando por las calles juntos,
los veo en sus departamentos: gente en
paz, a menudo horas o días de paz.
Todas las que he conocido son adictas a las pastillas,
alcohólicas, putas, ex putas, locas.
Cuando una se va
llega otra
peor que la anterior.
Veo tantos hombres con chicas tranquilas y limpias
bien vestidas
chicas con caras que no son lobunas
o predatorias.
"No traigan más una puta por acá", les digo a
mis pocos amigos, "me voy a enamorar de una".
"No podrías estar con una buena mujer Bukowsky".
Necesito una buena mujer,
necesito una buena mujer,
más de lo que necesito una máquina de escribir,
más de lo que necesito a mi auto, más
de lo que necesito a Mozart.
Necesito tanto una buena mujer que
puedo saborearla en el aire, puedo sentirla
en la punta de mis dedos,
puedo ver veredas construidas
para que sus pies caminen,
puedo ver almohadas para su cabeza,
puedo sentir mi risa que espera,
puedo verla acariciando un gato,
puedo verla durmiendo,
puedo ver sus pantuflas en el piso.
Sé que existe
pero, ¿Dónde está ella en esta tierra
mientras las putas continúan llegando?.
"y si tienes capacidad de amar primero ámate a ti mismo y siempre sé conciente de la posibilidad de la derrota aun cuando haya sido justa"
"siempre hay una mujer que te salva de otra y mientras esa mujer te salva se prepara para destruirte"
"me he acostumbrado tanto a la melancolia que la saludo como a una vieja amiga"
"La oaxaqueña fue sólo un golpe más en mi vida llena de pérdidas"
martes, 18 de agosto de 2015
"A LA PUTA QUE SE LLEVÓ MIS POEMAS" de Charles Bukowski
" Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡POR DIOS!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!
¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero?
Usualmente lo sacan de los dormitorios y de los pantalones borrachos y enfermos
en el rincón.
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de 50,
pero no mis poemas.
No soy Shakespeare
pero puede ser que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros.
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas pero no mucha poesía. "
viernes, 17 de abril de 2015
Tirar los dados Charles Bukowsky
Si vas a intentarlo,
ve hasta el final,
de lo contrario no empieces siquiera
Tal vez suponga perder novias,
esposas, familia, trabajo
y quizá la cabeza.
Tal vez suponga no comer durante
tres o cuatro días.
Tal vez suponga helarte
en el banco de un parque.
Tal vez suponga la cárcel.
Tal vez suponga humillación.
Tal vez suponga desdén, aislamiento.
El aislamiento es el premio.
Todo lo demás es para poner
a prueba tu resistencia,
tus auténticas ganas de hacerlo
y lo harás
A pesar del rechazo y
de las ínfimas probabilidades
y será mejor que cualquier cosa
que pudieras imaginar.
Si vas a intentarlo,
ve hasta el final
No existe una sensación igual,
estarás sólo con los dioses.
Y las noches arderán en llamas,
llevarás las riendas de la vida,
hasta la risa perfecta,
es por lo único que vale
la pena luchar.
Charles Bukowski
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