miércoles, 29 de mayo de 2019

Zacarias, mi mejor amigo.

Llegaba cansado y harto de la rutina, abria la puerta del patio y ahí estabas, brincando, poniendote en dos patas o te tirabas pecho arriba para recibir un poco de cariño, que hermoso eras.

Te fuiste varias veces y regresabas murgroso, mojado y hasta con alguna pulga extraña que relucía despues de un buen baño, siempre volvias con tu cola entre las patas y corrias a una velocidad que me impresionaba, que hermoso eras.

Hoy varios años despues con la incertidumbre de si vives o mueres, de si eres feliz o estas sufriendo, el corazon se me achica al ver tus fotos, al recordar alguna acción, al ver tu casa de madera vacia, solo me queda el collar de cuero que guardo en mi estudio, fuerzo a mi mente a traer recuerdos de como se sentia acariciarte y darte tus masajes en la espalda, me arrepiento de tantas veces que te pegue o que no te hice el caso que necesitabas, eran tan noble y bueno, tengo un nudo en la garganta.

Perdón por haber sido tan inmaduro por haberte tenido tan joven, hoy tengo casa propia y otros dos germanitos tuyos que cada que los veo pienso en todo lo que podria darte ahora mismo, eras y seras siempre el mejor.

Pasaste año nuevo conmigo, siempre juntos. Mientras bebia mis cervezas o fumaba en la noche ahí estabas dando vueltas a lo loco por el jardin. Le pido a Dios que estes bien, yo se que tu me perdonaste ya y aún tengo fe en encontrarte mi mejor amigo.

Gracias por todo lo que me diste y por lo que me sigues dando aún.

Si no es en esta vida, espero verte en mi ultimo dia y me acompañes a caminar al más alla. Prometo no soltarte jam'as.

Te amo y te pido perdón mi bebé Zaquita.



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