John Steinbeck.
Escribir es algo que la mayoría de las personas aprenden a partir de los seis años, y consiste en saber cómo articular las letras de manera sintáctica para reproducir conceptos como “casa” o “mamá”. En todas las culturas, desde hace milenios ha sido una actividad necesaria para el registro de los acontecimientos o para expresar sentimientos.
Uno de los primeros sistemas de escritura registrados en la Historia es el cuneiforme, sistema que utilizaron los Sumerios para registrar cuentas y leyes.
Cuando las historias de las culturas se comenzaron a registrar, el único medio posible para que perduraran fue la escritura, ya que la tradición oral no fue suficiente. A pesar de eso, la tradición oral sigue siendo una parte importante de la tradición.
Escribir, como habilidad, tiene la función expresiva y cualquier persona con la instrucción puede llegar a hilar ideas de manera sencilla. Cuando escribir implica contar ficciones, explicar conceptos o modos de ver la realidad, se entra al terreno donde la creatividad va más allá de sólo hilar palabras con buena sintaxis.
Ernest Hemingway
Escribir una novela, un cuento, un ensayo o poesía es el segundo nivel al que el sistema de escritura nos ha llevado. No es tarea sencilla maquinar historias ya sean reales o ficticias para contar historias. El oficio de escritor tampoco se estudia en las universidades, ni se da de la noche a la mañana. Amerita un trabajo arduo donde más que escribir se debe leer, ser observador y consciente de las problemáticas que nos circundan y atañen.
Así como la cita de Steinbeck nos recuerda que ser escritor no es ni sencillo ni rentable algunas veces, la necedad de quien busque plasmar sus ideas en tinta es el único factor determinante. La necedad y la pasión por conocer el mundo a través de las letras de los demás, justo para poder construir las nuestras.
Ernest Hemingway, famoso escritor nacido en Illinois en 1899, también dedicó partes de su vida al periodismo. Autor de clásicos de la literatura universal como Por quién doblan las campanas, El viejo y el mar y Adiós a las armas, entre otras novelas, dio 18 consejos de vida para quienes deseen convertirse en escritores.
Uno de los consejos más importantes, reproducidos abajo, es “No escribas por dinero”, aunque a veces se deba romper esa regla, lo que va detrás de esto es que nunca pierdas tus objetivos como escritor por percibir dinero, no dejes tus inquietudes y siempre dedícale tiempo a tus ideas.
1. Nadie trabaja todos los días durante los meses de calor sin ponerse rancio: hay que tomarse el tiempo de asearse y vivir un poco, no ser un zombi de lápiz y papel (o no quemarse las retinas frente a la computadora), el mundo más allá del escritorio tiene posibilidades que solo puedes explotar si sales y vives un rato.
2. No crees personajes, crea personas comunes en situaciones no tan comunes.
3. Los personajes deben ser tan reales que den la sensación de que lo que se narra pasó realmente. Deberán estar proyectados desde el corazón, desde la cabeza, desde el conocimiento, desde la experiencia acumulada del propio escritor.
4. No se deben recargar los escritos de palabras resonantes, ni crear personajes tan increíbles que ni al autor convenzan.
5. Nunca sé lo que va a suceder en una novela, a medida que avanza pasa lo que tiene que pasar.
6. Todas las historias que continúan lo suficiente terminan en la muerte: ésta es pues una premisa ineludible tanto para el lector, como para el escritor, no se puede narrar la historia de la vida sin la antagónica muerte acercándose más y más conforme se alarga el propio relato.
7. El escritor no puede vivir de espaldas a la realidad social de su época.
8. Releer lo escrito una y otra vez, cientos de veces, y mejorarlo. Hemingway dejaba sus libros terminados dos o tres meses para retomarlos luego y corregirlos con cabeza fría, libre de influencias, y con nuevas ideas.
9. El autor debe alejarse de las preocupaciones cotidianas para escribir. Su mesa de trabajo es un lugar tan lejano en la memoria y la imaginación, que sólo el autor —y quienes lean su obra— alcanzarán a vislumbrarlo.
10. La vida del escritor es solitaria, no esperes rodearte de multitudes que alaben tu trabajo. Nada te asegura el éxito instantáneo. Las grandes obras universales se descubrieron muchos años después de la muerte de sus autores.
11. Transformar la soledad en algo positivo te ayudará a enfocarte en lo que quieres plantear y a dónde quieres llegar.
12. No te rindas. No te conformes.
13. Comer bien para que el hambre no te interrumpa el trabajo.
14. No escribas por dinero.
15. Estudia a fondo el diccionario.
16. Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como “espléndido, grande, magnífico, suntuoso”.
17. Un escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal.
18. Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un lenguaje vigoroso. Sé positivo, no negativo.
Fuente: http://culturacolectiva.com/consejos-de-ernest-hemingway-para-quienes-quieren-ser-escritores/
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